Lo primero, disculpad el retraso; no ha sido para darle emoción a esta última entrada, sino que cuesta mucho volver al día a día tras salir del paraíso.

Si no recuerdo mal, nos quedamos en que, tras el sustillo pre-catequesis, tocaba relajarnos en la noche de las sensaciones. Y vaya si nos relajamos. Lejos quedaron los años en que al vendar los ojos a los chavales había gritos de terror pensando en que íbamos a aprovechar para asustarlos. No somos tan malos y desde hace ya algunos campamentos, los niños se meten fenomenalmente en la atmósfera que intentamos crear.

Escuchamos la historia de un pirata que sueña, navega, conoce, aprende, descubre, vive… Todo lo que os contemos es poco. El resultado os lo podéis imaginar, todos tumbados contemplando las estrellas en un silencio de los que gustan, de los que son fruto de la tranquilidad y no de la imposición.

Al día siguiente, la última isla, la de los limpios de corazón, aparecía en el horizonte. Allí encontramos a un viejo pirata que se puso bastante pesadito con que los protagonistas limpiasen el camarote. Ellos no entendían por qué, pero conforme fue avanzando el día algo fue cambiando. La actividad de la mañana ayudó bastante a ello, pues todas las pruebas iban encaminadas a lo mismo: limpiarnos por dentro y también por fuera. Se mojaron una mijita.

Antes de irnos a la piscina, dimos los últimos retoques a nuestras actuaciones, pues por la noche sería la gran velada.

Ese día las horas corrieron como la pólvora: comida, tiempo libre, talleres, piscina, merienda, ducha y casi sin darnos cuenta estábamos en formación para entrar a la iglesia. Como ya hiciéramos el año pasado, todo el campamento marchamos en procesión cantando de camino a la coqueta iglesia de El Pintado. Esa pequeña subida a la iglesia fue un perfecto resumen de la fiesta que es encontrarnos con Jesús. La misa fue el momento cumbre, el momento en que encontramos el tesoro que todos buscábamos. Un momento mágico como pocos gracias a todos los que allí estuvimos, con especial énfasis en Don Francisco, nuestro párroco, que compartió con nosotros el fin de semana, llenando con su innata alegría los corazones de todos nosotros.

Por la noche, tras la cena, nos encaminamos a las gradas para participar en la velada final, en la que se entregaron las medallas de los deportes; vimos al grupo de baile mostrar un año más que el ritmo lo llevan en las venas; los compañeros de sketches nos sacaron risas de todos los colores; acrosport nos asombraron con figuras imposibles. Fue una noche mágica, otra más, pero con alguna que otra lagrimilla. Porque de verdad que vuestros nenes os quieren, pero si les decimos que nos quedamos otra semana de campamento más de uno y de dos seguían aún por allí.

Y hasta aquí llega nuestra aportación de este verano. Pero no nos podemos despedir sin comentar tres puntos importantísimos:

  1. Vuestros niños son magníficos, estamos tan encantados con todos ellos que queremos (¡NECESITAMOS!) seguir compartiendo con ellos el camino tan bonito que es la fe. Por ello, no dejéis de venir los domingos a misa de 12:00h, de seguir en grupos de catequesis y de participar en todo lo que hagamos. Lo que nos lleva al punto dos:
  2. Porque este curso que ya asoma por el horizonte está cargado de planes, propuestas, ideas y proyectos que solo se podrán llevar a cabo con vuestra participación. Estamos cogiendo carrerilla y nuestro motor es vuestro apoyo. Lo que nos lleva al último punto:
  3. GRACIAS por las muestras de cariño que nos habéis hecho llegar en persona, por email, por whatsapp, por intagram, facebook, por este blog… pero sobre todo, MIL GRACIAS por vuestra confianza. En este campamento tan especial, en este grupo de monitores tan magnífico y en esta parroquia tan grande que juntos hacemos infinita.

Y colorín colorado, el campamento 2018 se ha transformado en una nueva aventura que ya mismo habrá llegado.

Un comentario »

  1. Inma dice:

    Mil gracias a vosotros. Un saludo

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  2. ana Martín dice:

    Muchísimas gracias a vosotros por todo, por vuestra entrega, por vuestra ilusión y por hacer este campamento tan divertido para los niños y sobre todo tan enriquecedor y por hacer que se desconecten de tanto aparato electrónico por una semana y que encima lo hagan encantados
    Y yo quería agradecer a todos los monitores la atención que habéis prestado a Paula cuando se puso malita, y sobre todo a Toni por haberme tenido tan informada en todo momento, ella se tuvo que ir antes, ese sí, con muchísimas pena
    Un abrazo fuerte a tod@s y que paséis un buen verano

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